Ser humano, mujer, mamá, apasionada de la vida y del turismo, así me defino. Amante de la naturaleza y de lo simple de la vida. Contemplar un atardecer frente al mar, en la hermosa selva amazónica o en una lejana isla como Santorini en Grecia, es para mí, la gloria absoluta. Conectar conmigo y reconocer en cada una de esas experiencias mi propia esencia y la de las personas que, a través de sus viajes, comparten un pedacito de sus vidas, es para mí muy gratificante.

Eso es el turismo:  vida. Para mí, un cliente o turista, es un ser humano como yo, apasionado por descubrir nuevos lugares, nuevas culturas, por tener nuevas vivencias. Disfruto de cada experiencia de viaje que me toca elaborar.  Me encanta entrar en comunicación con las personas, conectar con ellas y elegir juntas ese viaje que por muchos años o durante toda su vida, estuvo envuelto en un sueño.

Ya son más de 20 años inmersa en este hermoso andar y compartiendo esta experiencia con mi otra pasión, la docencia. Contribuir a la formación de los futuros profesionales de esta actividad, tiene un gran significado para mí pues el turismo no solo es viajar, muchas veces todo el trayecto se convierte solo en la búsqueda y el encuentro con un0 mism0.